En estos últimos días estamos recibiendo muchas consultas sobre el tema de las garantías.

Por medio de las Gestoras, se solicita a los Cooperativistas que además del contrato de preadjudicación y el de socio, firmen un contrato de “garantía” por el cual se comprometen a NO DARSE DE BAJA y en su caso asumir unas graves consecuencias por la baja, más allá de lo regulado en la legislación de cooperativas.

Además, muchas de ellas, exigen la solidaridad de todos los socios, por lo que, todos los socios son responsables de toda la deuda.

Sin embargo, todas estas renuncias, abusivas, no tienen una contrapartida por escrito en el mismo sentido e intensidad por parte de la Banca, que siempre se reserva la posibilidad o no de conceder el préstamo hipotecario.

Así, puede darse el caso de que 100 cooperativistas sean solidarios entre si, a 30 no les concedan el préstamo hipotecario ( es aplicar el índice de paro), y los 70 deberán cada uno su vivienda, y ademas, solidariamente las otras 30 viviendas, y a la vez, los 30 que han puesto dinero pero no pueden recuperarlo ( se queda pignorado y a cuenta de los gastos).

Así las cosas se desvirtuá por completo lo que es una cooperativa, ya que todo esto va “inicial y aparentemente” a favor de los cooperativistas, pero al final en su contra, y a favor de bancos, gestora y constructoras.
Otra modalidad es el “aparente aval” bien de la gestora, bien de la constructora o de ambas.

Y decimos aparente porque exige el aval de los socios. Es un aval que presenta la constructora y/o gestora ( ya que le interesa porque es su negocio), pero que en caso de necesitarse, ellos mismos ejecutaran a su vez el aval con los cooperativistas, por lo que en el fondo, y de manera practica, ni arriesgan nada ni garantizan nada.

Y peor es el caso cuando con la cantinela de que la gestora y/o la constructora avala, “aprovecha” bien para subir los honorarios, cobrar antes, o simplemente evitar discusiones sobre costes, porque, como le vamos a “apretar” a esos señores tan simpáticos que nos están avalando y que gracias a eso tendremos nuestra casa?

Son tiempos duros para todos, y también para las cooperativas, y por ello los cooperativistas deben estar más atentos que nunca, ya que de todos los que intervienen en la cooperativa son los únicos que arriesgan su dinero.

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